Cuando la Web llamó por primera vez la atención de los no geeks del mundo a mediados de la década de 1990, la inmensidad y variedad de sus tesoros eran una maravilla para la vista. Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que algunas almas valientes e intrépidas profundizaran un poco más en este fenómeno y descubrieran algo verdaderamente fenomenal: ¡también podían crear páginas web!