EL DESAFÍO DEL LIDERAZGO siempre ha girado en torno a cómo las personas movilizan a otros para que deseen hacer que sucedan cosas extraordinarias. Se trata de las prácticas conductuales que se utilizan para transformar los valores en acciones, las visiones en realidades, los obstáculos en innovaciones, la separación en solidaridad y los riesgos en recompensas.