Ser un líder en seguridad en el entorno dinámico actual es un desafío. Constantemente se defienden de ataques cada vez más sofisticados, generalmente con recursos limitados y un apoyo mínimo de la Junta. Las superficies de ataque se están expandiendo a medida que las organizaciones admiten una fuerza laboral remota, adoptan estrategias de nube y emprenden iniciativas de transformación digital. Las consecuencias de una filtración están pasando del daño a la reputación, que puede afectar indirectamente las ganancias, a sanciones financieras significativas en forma de multas o pagos de ransomware.